Tomados
de la mano en otoño
te
sentí en el crujir de la hojarasca
disimulando
desconocer tu rebeldía
palpitando
a cada paso tu mirada.
No
quería presentir la despedida
o
saber todo el mal que te causaba
con
el frío de la vida en tu sonrisa
y
en tus ojos la tristeza derramada.
Sobrevuelan
mariposas, primaveras
en
tus pétalos el aroma a la experiencia
en
tu abrazo se renueva la esperanza
en
septiembre fue la última mirada.
Hoy
es 25 de diciembre, navidad
una
copa que rebalsa, te gustaba
la
silla vacía, un puñado de silencios
recordando
en esta mesa tu enseñanza.
Los
sueños grandes, la soberbia baja
la
vida una, solo para disfrutarla
sean
felices, sean humildes, con valores
no
maldigan, ni mezquinen, no hace falta.
Pronto
partiré muy lejos
quizás
sean mis últimas palabras
espero
haberles marcado el camino
solo
dejen en el sendero su marca.
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