Para sentarnos a
escribir debemos tener el valor de enfrentar nuestros temores, de sumergirnos
en las pasiones y sin razones oscuras del corazón.
Dejar que la mente
baile, vuele entre melodías que resuenan en nuestro pensamiento.
Estoy de acuerdo que
debemos perdernos para poder encontrarnos pero también sostengo que encontrarse
es sumamente aterrador, pues no muchos
podrán aceptar las miserias y pulsiones que atraviesan nuestra vida.
Las claves son
liberarse y liberar, soltar pero no solo el objeto sino el afecto que tenemos
para con él, que nos aprisiona y asfixia.
De este modo el
pensamiento fluye, las palabras florecen y el verde campo de la conciencia se
acrecenta a cada minuto que decidimos ser para crecer, crecer para ayudar y
ayudar para estar bien.