Se trata de seguir

Aprendí del  sol

que no puede todo

el mundo no se detiene

tiene noches

oscurece a mis espaldas

estoy cansado

con sueños distintos

caminos distintos

siempre pienso

como vos

bajo ese mismo  sol

suspirando la misma luna

conectados por la tierra

andamos sin saber

pisamos el mismo suelo

oímos la misma canción

mueren redenciones

nacen guerras

lloran armas

sin pensar

vivimos en un lugar

burbuja efímera de tiempo

colmada de fantasmas

personas sin cerebro

a veces me canso de ser

de estar

sin embargo camino

algo puede cambiar.

La verdad en el espejo

Fuiste vos

te señalé diciendo

todo desapareció

la habitación blanca

ventanas, una puerta

hasta blanco el picaporte

las telarañas y las arañas

y yo no estaba ahí

angustia

soledades

una culpa ajena

fuiste vos

grité contra tu mirada

todo permaneció inmóvil

latidos en el silencio

aumentaban mi paranoia

una gota de sudor frío

recorrió mi rostro

cayó  iluminándonos

giro

observo alrededor

techo, suelo,

blanco, blanco

y te vuelvo a ver

fuiste vos

desesperada  corro

pero es tarde

mis manos

no pueden ayudarme

estaban atadas

cuando impactó mi cabeza

contra el espejo

lo blanco se tiñe de rojo

me incorporo

tambaleo

cientos de pedazos

manchados de mí

fuiste vos

fuiste vos

fuiste vos…

Llueven guerras en mi habitación

Veo las noticias en la televisión

ciegos humanos de Israel y Palestina

atraviesan mis ojos la pantalla

despierto

la lluvia cae sobre chapas de zinc

cuando la piel se eriza en mi cuerpo

inmóvil permanezco cubierto de pánico

de oscuridad e incertidumbre

cada gota se transforma en un bala

cada trueno es un misil m-75

una bomba de dardos

respiraciones entrecortadas

muere una persona a mi lado

otra entre mis brazos

el caos me abraza fuertemente

lágrimas de sangre inundan la  habitación

canta una madre

hijo que se escurre entre las manos

la habitación se ilumina

entre corridas y muros

frágiles  refugios de Fe

se abren ante la luz

casi puedo oir el silencio

la lluvia escurre la sangre por las alcantarillas

los cuerpos precipitan en su resguardo final

sólo ese canto mantiene viva la esperanza

desaparece el temor

y aparece tu mano

y la mía

ayudándolos

para que la lluvia sea lluvia

y los truenos sean truenos

una vez más.

Rosas muertas

Cuando abre la flor

al invierno ondulante

los pétalos opacos

liberan su perfume de acero

pintan de grises las praderas

y el ejército sediento

se dispone  frente altiva

hacia el desierto

con armas cargadas

de letales primaveras

semillas de hijos inocentes

pretende llenar de girasoles

donde se mueven las arenas

el tiempo entre violetas

marchita las doradas azucenas

un molino entre jardines

como oasis de posguerra

recupera en su agua cristalina

deseos y esperanzas de trincheras

pasan soles como dientes de león

como un río de sangre tropas secas

pintando el mundo por la paz

color carmín de rosas muertas.

Sobrevivientes de la vereda de enfrente

En una noche sin estrellas

la frustración aparece

ante la incapacidad del brillo

propio de un alma que solo espera

de esperar que los hechos se sucedan

opaca por la autocensura de un día gris,

cambiamos tanto que perdemos perspectiva

y sobre la otra vereda permanecemos inmóviles

cuando me vi pasar casi no pude reconocerme

el modo de caminar, los colores

y esa mirada vacía de sueños, de vida

con el manual entre las manos

así pasamos…NO!, así dejamos pasar los días

inmóviles inmersos en la dinámica que nos rodea

suspirando por sueños de otros portadores

ansiosos de un puñado de suerte clandestino

la magia por si misma ha dejado de existir

pues no obtiene un cometido

quien no conjura formulas exóticas

e intenta ritos en la oscuridad de una caverna

para quien explora sus límites

para quien se pretende más fuerte que sí mismo

para cada uno que tenga un tímido brillo en sus pupilas

solo para ellos la magia será hecho entre sus manos

 pronto no sabremos de territorios

una sola colonia puede sobrevivir esta guerra

alzaran las manos y sabrán de su victoria

porque ellos serán felices del otro lado del muro. 

Viento, aromas, recuerdo azul de primavera.

Cuando tu palacio se esfuma  entre las flores

cuántas mariposas puede traer la primavera

y tus ojos tras el sol llamando girasoles

que voltean a mirarte cada amanecer

cuando el viento invoca tu presencia

las aves me persiguen susurrándome

tu nombre que entrelaza los caminos

que me llevan a encontrarte.

Cada mañana yo te nombro

grito a las nubes pidiendo por ti

que regreses, que sobrevivas

un días más entre mis brazos

porque  el sol ya no ilumina los jardines

los tulipanes no perfuman los retratos

colgados por toda la habitación

a oscuras entre paredes rosa pastel

es que ya me cuesta tanto recordarte

entre el desvarió de pensar que no existías

siempre a las once de la noche

recostado con un ramos de fresias entre las manos

y su aroma, su inconfundible aroma

es que vuelvo a recordarte, a sentirte en este cuarto.

La jefa

Sobre mi espalda

los insomnios

miradas prejuiciosas

y tus juegos clandestinos

con tu falda de oficina

tu tarea ejecutiva

y los botones de tu blusa

casi provocándome

sobre  ese par de rieles

que dibujan  tu figura

voy camino  hacia el pecado

de probar  tu  miel más íntima

flama humeante  en tu sonrisa

y tus labios

ese  rojo incandescente

marcando a fuego mis sentidos

sigilosa te acercaste

con pisadas susurrantes

invitándome a tu despacho

aceptaste mi renuncia

para romper tus cadenas

entregarte  a mis almohadas

ahogándote de mí

hasta quedarte dormida.

El amor después del abandono

Son las siete de la tarde

casi no te recuerdo

sentí  casi a las 5

sensaciones de vos

cuando desperté

solo pensaba en tu rostro

una imagen inmóvil

persiguiéndome

camine tres horas

lleve los recados de la oficina

bebí el mismo café de las 11

y me despedí de Don Juan

fetuccinis al dente

siempre guerras en la tv

el  vecino con sus perros

un vaso con agua

para deglutir tus desprecios

cuando Joel, mi hijo menor

pregunto por vos

cerca de las 4 de la tarde

por fin pude olvidarme

en sus lágrimas

pude ahogar mi melancolía

y susurrándonos te quiero

nos abrazamos

cuán sabio puede ser un niño

entre sus brazos pequeños

sostuvo toda mi angustia

diciendo papi te quiero.

Sín título

Calle melancolía

hacia el sur

donde guardo mis inviernos

y tú retrato

pintado sobre la pared

de mi jardín

donde las aves te nombran

vuela tu perfume

junto a ellas

entre las olas

estremeciendo el silencio

como el eco entre las rocas

de tu marea turbulenta

inmediata

empapando de lujuria

distraídos caminantes

cuando la noche cae

la luna duerme

en mis ojos

pernoctando tu sonrisa

el insomnio desolado

taciturno de los días

rompe la ventana

penetra en cada habitación

desaparece y vuelve

cada amanecer.