Observé
la luna llena
y
miré a través de mí
todo
era cálido
azul
casi de terciopelo
una
brisa suave
de
ojos crepusculares
quebrantó
mi cordura
simplemente
caí
deje
llevar mi espíritu
en
andas
sobre
espejos dorados
reflejan
mis laberinto
en
esta noche
que
no es noche
las
palabras acaban
cuando
una lágrima cae
crueles
sentidos
ritos
de fuego
alrededor
del vino
que
devoró mi corazón.