A la orilla del mar
Tantas veces
Con la ceja levantada
Pensando
Reviviendo pasados
Esa piedra lacerante
No sirve de nada
Tu religión es sonreír
Volver a nacer
Pero son los días
Que se escapan
Sin sentir
Si degustar las fragancias
De otro cualquiera
Que te despierta
el alma
El cuerpo
Y las ganas
Obsecuente del mañana
Distante
Siempre ahí
Paralizada
Y yo aquí
Simplemente con palabras
Con una copa de vino
Morir sin alas.