Comenzabas
a brillar
entre
mis manos
sin
saber de vos
caótica
enmienda la mía
para
darme paz.
La
forma, sus intenciones
perfecta
enamoraste
mis ojos
apreciarte,
el dogma.
Pasaran
tormentas
huracanes
peleas,
extravíos
de
amor y redención.
Serás
la cuna
portadora
de vida
con
tus manos suaves
mecerás
el sol.
Entre
la tierra húmeda
o
el cielo sin nubes
el
hombre buscará la impronta
sostendrás
su amor, todo.
Tú
eres mi mejor obra
una
extensión divina
nacida
de mis sentimientos
he
de llamarte mujer.
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