Son las siete
de la tarde
casi no te
recuerdo
sentí casi a las 5
sensaciones
de vos
cuando
desperté
solo pensaba
en tu rostro
una imagen inmóvil
persiguiéndome
camine tres
horas
lleve los
recados de la oficina
bebí el mismo
café de las 11
y me despedí de
Don Juan
fetuccinis al
dente
siempre
guerras en la tv
el vecino con sus perros
un vaso con
agua
para deglutir
tus desprecios
cuando Joel,
mi hijo menor
pregunto por
vos
cerca de las
4 de la tarde
por fin pude
olvidarme
en sus
lágrimas
pude ahogar
mi melancolía
y susurrándonos
te quiero
nos abrazamos
cuán sabio
puede ser un niño
entre sus
brazos pequeños
sostuvo toda mi angustia
diciendo papi te quiero.
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