Esos días que te inundas de tristeza,
el rostro pierde color y emoción la voz
y de vos me embebo tratando de recuperarte
en este lugar y tiempo que la lucha nos regaló.
Si habremos combatido más de mil batallas
el paso marcado de sangre y melancolía
alzando una bandera de nostalgia
sobre el camino inocente de nuestro sueño.
Pero no es el único sino el más valioso,
mientras la libertad de nuestras almas
reconoce ese valor que jamás perdimos
de perseguir bajo el sol de primavera
ese listón de magia que entrelazaba nuestra piel.
Estas son mis manos en tus manos
y sobre ellas la verdad de mi existir
eres, de todas mis vidas pasadas y futuras
el amor reflejado sobre las pupilas de mis ojos.
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