jueves, 19 de septiembre de 2013

Carta de amor

Estimada,  muy impropio
mi amor, demasiado  absorbente
querida, muy antiguo
adorada, no es un dios.

Es difícil de escribir
presentándose al amor
resaltarle la atención
y tocarle el corazón.

Su nombre lo más bello
ni más simple que sentir
no pretendas escribir
si no lo haces con pasión.

El valor de lo descrito
proviene de tu interior
jamás pretendas su mirar
simulando un Bergerac.

No compliques a la pluma
que tu mano e hidalguía
sobrelleven la cuestión
hacia el encanto de Sofía.

Sofía quise escribirte,
procurando percibieras
en mis palabras valor,
en mi alma devoción.

Te recorro noche y día
por las sendas de tu cuerpo
sosteniendo sobre tus labios
la mirada del deseo

No me temas por favor
no conoces mi dolor
soy Ricardo de París
tu más fiel admirador.

No tengo grandes riquezas
no tengo gran ambición
solo pretendo en la vida
tú me mires con amor.

Yo prometo protegerte
que no te falte el calor
ser tan fiel en el camino
como el cordero de Dios.

Que no te importe la respuesta
exuberante doncella
aunque me digas que no,
tu siempre serás mi estrella.


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