Se
detuvo el tiempo
me
encontré solo
a
lo mejor acompañado
distante
del mundo, reciclado.
Divise
un ambiente oscuro
ni
un sonido en la penumbra
una
nota de tus manos
un
adiós en mi memoria
Los
niños duermen, ignoran
el
adiós parece lanza
la
verdad desgarradora
de
una madre que no ama.
Quizás
no era tu vida
ni
tu mitad complementaria
quizás
pedirte perdón;
es
muy tarde, ya te extrañan.
El
vació de tu amor
en
mis manos un dolor
la
explicación que no cuadra
la
justificación que no sana.
Crecen,
juega, ríen, lloran
siento
el dolor en sus lágrimas
abandonar
a los hijos
es
maldecir la esperanza.
Yo
no pido que regreses
no
es el fin de mis palabras
solo
pido por tus hijos
aparezcas
en su almohada.
No
puede medirse el dolor
los
niños; su madre aclaman,
necesitan
de tus mimos
solo
así su herida sana.
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