domingo, 8 de septiembre de 2013

El destino de Venus

Persiguiéndola, sin cuestionarse 
milenios, sin descanso, tímido azul;
rodeado por un séquito de estrellas,
él quiere besarla, por única vez.

Suspiro, lo observo en silencio,
me siento triste, quisiera ayudarle,
acercarle su amada, presentarlos;
 injusto destino de los que se aman.

Admirarla, por siempre su karma;
sentirla tan cerca, flotando su alma,
al dormir los días, el vuelve a buscarla;
encadenados al cielo de nuestras miradas.














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